“En nuestra tetería no ofrecemos azúcar a excepción de tres tés que lo llevan como ingrediente junto a la leche. Nos ha costado más de una discusión con algún cliente. Si vienes no hay wifi, vienes a relajarte, no a trabajar. La gente se relaja media hora, una hora, lo que sea, pero está aislada de fuera en todos los sentidos. Ese es el concepto,” comenta Jing Jing. Ella y Ambròs se conocieron en el aeropuerto de Shanghai. Él, ingeniero de profesión, volvía de uno de sus muchos viajes de trabajo a China. Ella venía a España a estudiar un master y nunca más volvió a vivir a su país. Abrieron Tetere para acercar la cultura China a Barcelona a través del té. Han pasado casi 10 años desde que empezaron con la primera tienda en Gracia. Se mudaron y hoy tienen, además de una tienda, una tetería en la que, entre otras cosas, celebran el ritual de la ceremonia del té. Los visitamos para que nos expliquen su proyecto.
Cada vez hay más personas que apuestan por especializarse, pero vosotros fuisteis bastante pioneros. ¿Por qué abristeis una tienda especializada en té?
JJ: Abrimos Tetere porque queríamos acercar aspectos culturales de China a Barcelona a través del té. Además identificamos que nadie ofrecía té puro, todo eran mezclas y tés aromatizados. Nos encantaba el producto y la idea de poder enseñar a la gente que detrás de una taza de té y de su preparación hay una filosofía. La gente hoy en día, incluso los jóvenes en China, han perdido muchas de esas tradiciones y nosotros intentamos mantenerlas.
¿Cómo fue la respuesta del público cuando abristeis vuestra primera tienda en 2005? ¿Entendían vuestro concepto o era demasiado prematuro?
A: Los inicios fueron duros. Teníamos una idea firme de hacia donde queríamos ir, pero costó explicarla y que la gente lo entendiese. Los primeros meses recuerdo que vino mucha gente preguntando si vendíamos té de piña colada. Obviamente empiezas a pensar: Si vendiésemos té de piña colada venderíamos más. Pero si cambias tu idea llega un momento en que nadie sabe lo que haces. Hemos seguido a rajatabla nuestro concepto desde el primer día y creo que ha sido uno de nuestros grandes aciertos. Ser purista es la clave de cualquier negocio especializado.
¿En función de qué escogéis un té u otro para vuestra tienda?
A: Tenemos un ABC que no lo cambiamos nunca, y el resto lo vamos rotando. El té es como el vino. Cada añada puede ser mejor o peor que el año anterior pero generalmente nunca es igual. En base a la experiencia vas haciendo la carta. Tenemos 4 referencias de tés aromatizados y unas 130 de té puro.
“Cada vez hay más gente que conoce y valora el producto y ve que hay otras alternativas a la bolsita de té.”
Después de la tienda, abristeis la tetería. ¿Por qué decidisteis dar ese paso?
JJ: La preparación en el té es muy importante. Es como el café, puedes tener un muy buen producto y con una preparación incorrecta estropearlo. La tetería nos sirve para enseñar a la gente como preparar correctamente los tés. Además, un té es una experiencia y la tetería nos permite ofrecer la experiencia completa en un lugar agradable en el que la gente pueda estar relajada.
¿Qué tipo de público viene a la tetería?
JJ: Pese a ser una tetería pequeña ves mucho tipo de gente. En general la gente viene a relajarse, ya que en la tetería estás aislado del exterior y se crea un ambiente de mucha calma. No ofrecemos azúcar, bebidas alcohólicas ni refrescos, por lo que la selección es natural. Cuando viene un cliente nuevo se lo explicamos todo, para que entienda que no es un bar como los otros, que tenemos un concepto muy fuerte.
En la tetería también tenéis una sala dedicada expresamente a la ceremonia del té. ¿En qué consiste una ceremonia del té?
A: La idea es llevar el té que preparas a un nivel superior. No solo espiritual sino también a nivel gustativo. En una ceremonia se busca tapar los defectos y ensalzar las virtudes de un té que ya conoces. Para ello intentamos escoger los utensilios que le vayan mejor a cada té y prepararlo siguiendo un ritual.
¿Qué es lo más importante para que una ceremonia del té salga bien?
JJ: La armonía es muy importante. Es por ello que en cada ceremonia cambio la decoración. No tanto por la gente, sino por estar bien conmigo misma.
Por otro lado, es esencial conocer el té. Nunca haría una ceremonia del té con un té que no conociese o hubiese probado antes.
Lleváis varios años en esto. ¿Creéis que la gente valora cada vez más productos de calidad como el vuestro?
A: Cada vez hay más gente que conoce y valora el producto y ve que hay otras alternativas a la bolsita de té. Se dan cuenta que puedes prepararte un muy buen té en casa y que tampoco es necesario hacer una ceremonia. Simplemente necesitas una tetera, un producto de calidad y cuidar un poco el agua que utilizas.
¿Qué es lo que más disfrutáis de vuestro día a día?
A: Me gustan mucho las experiencias que intercambio con la gente. Me gusta que la gente venga a la tienda, pregunte y se interese. Ellos aprenden y yo también aprendo de la gente.
Por otro lado me encanta cuando nos llega un té. Es como abrir un juguete nuevo.
¿Qué habéis aprendido con este oficio?
A: Tetere me ha ayudado a desarrollar mi lado más espiritual. Soy ingeniero y soy bastante cuadrado. Creo que el té me ha permitido desarrollar una parte de mi menos científica, más mística.
JJ: Cuando tienes un negocio descubres que puedes hacer muchas más cosas de las que habías imaginado y eso te da mucha satisfacción. Lo más importante que he aprendido es a estar en armonía. Soy una persona muy nerviosa y a veces llega un cliente nervioso y tienes que transmitirle paz. Al principio cuesta, pero descubrir que puedes estar por encima de eso llena mucho.
Tetere
Carrer Saragossa, 113, 08006 Barcelona