La Vinyeta es una pequeña bodega en el Alt Empordà. Pese a la juventud de sus dueños, el proyecto empezó hace 10 años estando aún Marta y Josep en la universidad. Recuperando la idea de las masías de toda la vida, han creado un espacio único en armonía con el entorno que les rodea. Producen vino, aceite, vinagre y huevos, apostando por una producción integrada y sostenible. Hablamos con Josep sobre su apasionante proyecto.
¿Por qué se habla últimamente tanto de los vinos del Empordà?
Creo que en los últimos años ha habido un cambio dentro y fuera de las bodegas. Dentro de las bodegas ha mejorado la calidad, pero sobretodo ha cambiado la manera en que nos relacionamos. Somos una quincena o veintena de gente joven bien formada y con ganas, que colaboramos y nos ayudamos para promocionar y difundir los vinos de esta región. Por otro lado, ha habido un cambio fuera. La gente joven ya no se conforma con las marcas clásicas que vienen de fuera sino que desea probar cosas diferentes continuamente y busca producto de proximidad. Este cambio generacional tanto dentro como fuera está revolucionando los vinos del Empordà, y me atrevería a decir que los vinos catalanes en general.
¿Cuál es vuestra historia? ¿Por qué decidisteis embarcaros en el mundo del vino los dos juntos?
Lo nuestro empezó en 2002 de forma fortuita. Un señor de Mollet de Peralada le ofreció a mi padre un par de viñas viejas que había cuidado durante toda su vida. No tenía hijos y no veía continuidad a su trabajo, así que decidió venderlas. En casa no venimos del mundo del vino, pero Marta y yo estábamos estudiando ingeniería agrónoma en ese momento y nos gustó la idea de poder combinar la teoría con la práctica. Le compramos las viñas con la condición que nos ayudase a seguir trabajándolas. Poco a poco fuimos aprendiendo y plantando más viñas hasta convertirnos en La Vinyeta.
¿Qué parte del proceso es clave para elaborar vino?
Lo más importante son las viñas. La uva determina el 99% de la calidad de un vino. En la bodega, más que mejorar, lo que podemos hacer es estropear la uva. Es esencial invertir los esfuerzos en el campo y la viña para tener uvas de la máxima calidad posible.
¿Cuál es vuestra filosofía como productores?
Somos lo que comemos. Aunque sea obvio y retórico, es así. Intentamos hacer todos nuestros productos con cariño y pensando que formaran parte de la gente que los consuma. Es por ello que apostamos por una filosofía de cultivo integrado que nos permite trabajar de una forma lo más ecológica posible garantizando la calidad y la viabilidad de la explotación.
¿Podrías explicarnos con un ejemplo en que consiste la producción integrada?
La producción integrada además de tener en cuenta principios éticos, de bienestar y de seguridad de las personas que trabajan en la explotación, contempla otros como la armonía con el entorno o el fomento de depredadores de plagas naturales. Por ejemplo, ponemos cajas nido de murciélagos porque es un insectívoro que nos ayuda a combatir a una pequeña mariposa nocturna que causa daños a las viñas.
Además de vino, tenéis gallinas y elaboráis otros productos como aceite o vinagre. ¿Por qué habéis apostado por la diversificación?
Queremos recuperar el concepto de las masías de toda la vida. Antiguamente en las masías se hacia de todo y siempre en armonía con el entorno. En los años 50 debido a la aparición de los pesticidas se rompió este modelo y empezaron los monocultivos. En La Vinyeta intentamos volver a los orígenes. Hacer un poco de todo, lo mas sosteniblemente posible y de forma diversificada para ofrecer una propuesta global a la gente que nos visita o que compra nuestros productos.
¿Qué producto os gustaría ofrecer en el futuro que aun no elaboráis?
Estamos trabajando para poder tener una pequeña producción de queso que se complemente con el vino, el aceite, los huevos y el vinagre que ya elaboramos.
En La Vinyeta también habéis cuidado mucho la imagen de vuestra marca. ¿Cuál es la inspiración de vuestra imagen y nombre?
Mi hermano es diseñador gráfico. Es una persona muy creativa y también muy implicada en el proyecto. Conoce muy bien el trasfondo de la bodega y es él quien ha creado la imagen. Con el nombre queríamos reflejar dos conceptos: por un lado que somos una explotación pequeña, y por otro, que con nuestros vinos queremos contar historias.
“La mayoría de veces no sabemos si estamos trabajando o disfrutando con lo que hacemos. Se podría decir que trabajamos y disfrutamos siete días a la semana. Para nosotros La Vinyeta es una forma de vida.”
Organizáis muchísimas actividades en La Vinyeta como cenas bajo las estrellas o concursos de poesía. ¿Por qué apostáis por ser un punto de encuentro para la gente de vuestra comunidad?
Entendemos que somos una bodega abierta, y nos encanta dar excusas a la gente para que nos visite. Nos gusta explicar en primera persona qué estamos haciendo. Nos sentimos privilegiados de que la gente se sienta atraída e interesada por lo que hacemos. Eso nos brinda la oportunidad de tener un contacto muy personal y directo.
¿Qué tipo de restaurante o tienda os gusta que tenga vuestro producto?
Intentamos vender a restaurantes y tiendas que valoren los productos de calidad y proximidad. En vez de buscar clientes grandes, buscamos a gente que cuide lo que vende y que apuesten por nuestra bodega. En Barcelona una tienda que tiene nuestros vinos desde el principio es el Celler de Can Dani. Allí encontraréis a Dani recomendando los vinos en persona. Conoce muy bien nuestro proyecto y muchos otros, y creo que los vende con aprecio.
¿Qué es lo más satisfactorio de tu trabajo?
Lo más gratificante es llegar a un restaurante, encontrarte a una mesa que está tomando tu vino y ver que lo están disfrutando. Recuerdo el primer día que nos pasó. Cuando finalmente te lo encuentras es una satisfacción espectacular.
¿Qué es lo más importante que has aprendido de este oficio?
Lo más importante ya lo había aprendido antes. Mis padres en su día fueron emprendedores y son gente muy trabajadora. Nos inculcaron los valores que nos acompañan hoy en día, y que es nuestro activo más importante. Más allá de los conocimientos que vamos adquiriendo en el día a día.
¿Qué hacéis cuando no trabajáis?
La mayoría de veces no sabemos si estamos trabajando o disfrutando con lo que hacemos. Se podría decir que trabajamos y disfrutamos siete días a la semana. Para nosotros La Vinyeta es una forma de vida.
Por último, ¿nos recomiendas a otro artesano?
Os recomiendo a Manel, de Mas Marcè. Elabora unos quesos espectaculares y también aprecia mucho su trabajo.
La Vinyeta
Carretera de Mollet a Masarac. 17752 Mollet de Peralada (Girona)